Las reacciones te ayudan a VER

Posted by Administrator | Noviembre 11, 2017 | Blog

¡Caminaba de un lado al otro, ofendida, furiosa, enfurecida! Podía sentir el calor en mi cara, todos los músculos de mi cuerpo estaban a punto de saltar. Estaba lista para destruir todo lo que había en la habitación. Quería atacar, devorar y destruir a la persona con la que estaba enojada en ese momento. La sangre palpitaba en mi cabeza; ¡Me puse roja!, de repente oí un gruñido. Era el gruñido de un toro listo para cargar. Ese fue el momento que conocí a mi alter-ego, Bully.

A pesar de lo extraño de ese encuentro, una vez que conocí a Bully, me enamoré. Estaba fascinada con su poder y su fuerza, por su rectitud y certeza. Bully tenía la habilidad de ir por lo que quería sin excusas, sin remordimientos y con una claridad única. Yo pensé que estas cualidades mejorarían mi liderazgo. Me impresionó la capacidad de Bully para hacer que las cosas sucedieran, en el mundo de los negocios uno necesita que las cosas sucedan, ¿cierto?

En mi ceguera, honestamente pensé que tener y usar a Bully era inteligente. Esta es la manera en que los hombres exitosos en los negocios lo hacen, por lo menos eso es lo que vemos en televisión, así que ¿por qué no podía hacerlo yo? Bully era mi aliado.

 

Bully era a quien utilizaba cuando me asustaba y quería ser valiente. Él era en quien me convertía cuando las cosas eran duras y necesitaba fuerza. Él era mi salvador cuando sentía dudas y quería ser asertiva y tener voluntad. ¡Soy un TORO!!!!!! Así que reconocí a mi toro, me encantó todo el poder y la fuerza que mi toro me dio, me fascinó su determinación. Hasta el día que tuve que enfrentar su lado oscuro.

"Ella hizo que ?????" ¡Estaba enfurecida! No podía pensar; No podía respirar. Me estaba preparando para abrirme paso a través de esa situación. Me sentía molesta e impaciente. Algo que yo quería, no estaba sucediendo de la manera y a la velocidad que pensaba que debía ir. ¡Quería hacer que sucediera!

 

Después de haberme puesto en completo modo Bully -así es como bauticé cuando atacaba y me transformaba en un jefe autoritario y controlador-  miré de reojo y observé rápidamente la gente a mi alrededor. Fue entonces cuando vi el otro lado de Bully - rabia y destrucción.

Cuando vi la situación a través de los ojos de los miembros de mi equipo, pude ver que Bully se había convertido en un matón, dejando una estela dolor. De repente, el orgullo y la fuerza que sentía de ser el toro se convirtió en vergüenza y culpa. Me dolía. Me dolía doler; me dolía lastimar a otros.


Decidí en ese momento que, si eso era lo que se necesitaba para manejar una empresa exitosa, no lo quería. Cualquiera que fuera el éxito que nuestra compañía estuviera teniendo, no valía la pena el costo para mi corazón o el de los demás. Quería encontrar una manera diferente de ser. Me observé y no me gustó lo que vi. Necesitaba ver más profundo. Necesitaba ver mis puntos ciegos en el área profesional.

Esta es otra historia de la que me avergüenzo de contar. Supongo que ya debes haber descubierto mi patrón de comportamiento - tengo miedo, ataco y me siento terriblemente mal cuando lo hago.

 

Aunque nunca he estado orgullosa de mi comportamiento, puedo decir que por lo menos estoy agradecida de que la reacción de mi principal punto ciego es atacar. Es una reacción obvia o externa. Aquella que hace que otros te miren de tal manera que tú sabes que has hecho algo obviamente horrible y te sientes mal.

Esto ha jugado un papel fundamental en mí vida y me ha permitido ver mis puntos ciegos, o por lo menos ir en su búsqueda.

Por otro lado, cuando tus reacciones en los puntos ciegos en el trabajo vienen en forma de reacciones negativas no tan obvias o internas, puedes justificar tu comportamiento, esto puede crear un reto aún mayor. Las reacciones internas en los puntos ciegos en el trabajo, pueden llevarte a continuar con comportamientos profesionales perjudiciales simplemente porque continúan pasando inadvertidas, ocultas en los puntos ciegos.

 

Durante mucho tiempo, incluso mis comportamientos reactivos externos estaban ocultos, por lo menos para mí. Los justificaba creyendo que algunos de estos comportamientos eran comportamientos "de jefe" necesarios y apropiados.

Al igual que muchos otros, yo estaba usando un comportamiento reactivo que, Brene Brown identifica en su último libro, Más Fuerte Que Nunca, como “Chandeliering”. Brown describe este comportamiento como un mecanismo para descargar daño en otros. Ella escribe que “Chandeliering” es especialmente común y peligroso en situaciones de poder jerárquico -ambientes en los que, debido a las diferencias de poder, las personas con una posición o rango más alto tienen menos probabilidades de ser responsabilizadas por ponerse como locos o reaccionar exageradamente. “Nadie podía despedirme por mis reacciones negativas, pero experimenté las consecuencias de mi comportamiento, baja moral en la empresa, pérdida de empleados e ingresos”.

 

Después de sentir los efectos de mi reactividad en mi empresa, invertí tiempo en observarme a mí misma y cambiar esos comportamientos. Cinco años después, el resultado es una empresa que ha cambiado radicalmente. Alguien me dijo una vez, "tu compañía va a tu paso”, en ese momento no pude entender lo que me decía, pero lo entiendo ahora. Una vez que comencé a mirarme a mí misma, asumir la responsabilidad de mis reacciones y elegir ser sensible en la forma de comportarme, mi empresa cambió por completo.

Siempre hemos tenido éxito en términos de rentabilidad y calidad en los servicios que ofrecemos a nuestros clientes. Sin embargo, ahora nuestro éxito es mayor de lo que nunca imaginamos. Nuestro ingreso bruto se ha duplicado, también la cantidad de personal y base de clientes. Nuestra retención de personal está ahora en el 85% y la moral está más alta que nunca.En realidad, somos una compañía más feliz, apasionada y comprometida a servir a nuestros clientes y dar lo mejor de nosotros. La satisfacción de los clientes y empleados está en el nivel más alto de todos los tiempos.  Mi habilidad de ver fue el primer paso hacia estos triunfos.

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